Los años 70 fueron una época de cambio para la industria global del automóvil, derivado de una crisis energética que alteró al completo la visión que hasta entonces se tenía del futuro del sector. Se veía un fin claro para la hegemonía del coche, además de una necesidad de aumentar de manera rápida y contundente la sostenibilidad del transporte. Es por ello que muchos gobiernos encargaron estudios y proyectos de lo más variado. Por ejemplo, el del “deportivo del futuro”, encargado por el Ministerio Federal de Investigación y Tecnología de la entonces Alemania Occidental. Un proyecto de deportivo eficiente y seguro que Porsche llevó a cabo, desarrollando el llamado Porsche Typ 995, hasta ahora casi completamente ignoto.
Ahorrando en consumo, no en potencia
A la hora de ejecutar el proyecto de deportivo del futuro, el foco principal de Porsche fue el consumo, la seguridad y una baja emisión de ruido, paliando así el elevado consumo, ruido y escasa seguridad del deportivo del “pasado”. Pensad en un Dodge Charger del año 1970 y pensad en un Porsche 928 del año 1980. Sólo 10 años, y un mundo de diferencia, obviando los orígenes nacionales de ambas máquinas. El vehículo que se nos presentó no tenía carrocería, sólo una estructura de madera colocada con el efecto de ver las proporciones de un vehículo imaginario, casi intangible. Ello explica también la ausencia de mecánica. Lo que no quiere decir que no se hubiesen desarrollado interesantes tecnologías de futuro en el proyecto.
Aunque no tiene carrocería – sólo un esqueleto de madera para referencia – la base del Porsche Typ 995 fue el Porsche 928, entonces recién lanzado al mercado.
¿Por qué he mencionado el Porsche 928? Fue el vehículo que Porsche usó como base para el desarrollo de las soluciones de seguridad o eficiencia. Una de las