Benjamin – interpretado por un joven Dustin Hoffman – es un chaval, de familia bien, que con 21 años acaba de graduarse. Más allá del argumento de una de las películas más taquilleras de todos los tiempos, El Graduado, te bastarán apenas unos minutos para descubrir cuál es el otro protagonista del filme. Y el protagonista no es otro que un bellísimo Alfa Spider Duetto rojo, el regalo de este joven capaz de generar algo muy parecido a la vergüenza ajena en el espectador, con su forzada inexperiencia en asuntos amorosos, su actitud digna de lo que hoy en día llamaríamos “nini” de libro y su desvarío de acosador.
Product Placement, o cómo Al Pacino ha conseguido venderme un Porsche 928
Una hora y tres cuartos para un anuncio de televisión creado para la gran pantalla. Ya sabéis que, por suerte para Diariomotor, sé más de coches que de la historia de la publicidad, pero los que sí entienden de esto aseguran que el caso del Alfa Spider Duetto que aparece en El graduado es el primero de product placement en la industria del cine, y uno de los más representativos junto a ejemplos como los que más tarde seguirían otras películas tan taquilleras como E.T.
El protagonismo de un coche en una película no ha de deberse necesariamente a una estrategia publicitaria, pero gracias al product placement puede convertirse en un rentable escaparate publicitario.
La aparición de un coche, ya sea de manera casual y puntual, a modo de cameo, o con un protagonismo tan claro como en este caso, no siempre se debe a un interés comercial de una marca. En estos días en los que James Bond ya tiene su nuevo coche, merecía la pena recordar uno de los casos más representativos de product placement.
La relación de Aston Martin con