El Salón del Automóvil de Los Ángeles va a ser el evento del año para la japonesa Mazda. Allí los de hiroshima nos han presentado esta maña su nuevo SUV, el Mazda CX-3, que se posiciona en la parte más baja de la gama de todocaminos por tamaño. Ahora llegan las novedades relativas al Mazda CX-5, el modelo inmediatamente superior, que en este caso recibe un restyling al encontrarse a mitad de su ciclo comercial. Se espera también el lavado de cara para el Mazda 6.
Los cambios estéticos más reseñables de este nuevo modelo corresponden a la parrilla frontal, que deja de lado la rejilla de panal de abeja para adoptar unas líneas cromadas transversales. Aprovechando el mismo paragolpes, los antinieblas cambian de diseño, incorporando también unos elementos transversales. Los faros modifican su diseño interno, del mismo modo que lo hacen los pilotos traseros. El lavado de cara exterior es bastante discreto, como si de un coche alemán se tratara.
El interior también se pone a punto, con los cambios principales en la consola central. Se modernizan los sistemas multimedia y ahora el hueco que ocupaban en la parte alta del salpicadero queda reservado, en exclusiva, a una pantalla donde se mostrará todo lo relativo al sistema multimedia MZD Connect, que se controla desde los mandos ubicados entre los asientos delanteros, donde se ha liberado espacio al adoptar un freno de estacionamiento de accionamiento eléctrico. Los mandos de la climatización y el portaobjetos bajo estos son completamente nuevos y de apariencia más moderna, aunque conservadora. Las tapicerías de tela también se modifican.
En el apartado mecánico las novedades también existen. Ahora las cajas de cambio automáticas reciben el sistema Drive Selection, que permite elegir entre distintos modos de conducción para así optimizar la respuesta del motor y del cambio. La gama de