Dentro de la genialidad que puede entrañar robar un coche, nos metemos en el territorio del misterio cuando nos llega la noticia de un ladrón que ha sido pillado robando el mismo coche dos veces. Y lo curioso del asunto es que el coche en cuestión no es precisamente discreto, un Ferrari 458 Spider.
De acuerdo, es un coche muy goloso al que todos tenemos ganas y, poniéndonos en la piel de un ladrón de coches, puede tener buena salida en piezas de recambio. Pero cuando te pillan con un coche robado y a los pocos días vuelves a robarle el coche a la propia policía, es que algo ocurre.
Es el caso de Earnie Hooks, un hombre que fue detenido el pasado mes de agosto conduciendo un Ferrari 458 Spider que aparecía en el registro como robado. Lo interesante tratándose de Estado unidos y sus míticas persecuciones es que consiguió huir con el coche, aunque fue encontrado abandonado poco después.
El procedimiento habitual en estos casos pasa por colocar el coche en el depósito municipal hasta que el dueño pase a recogerlo tras aclarar el problema. Sin embargo, Earnie no andaba muy lejos y sólo unas horas después consiguió robar de nuevo el coche del propio depósito.
Como si de aquella escena de la película de 60 Segundos se tratara, el hombre consiguió hacerse con ese Ferrari 458 Spider que tanto deseaba, y hablamos de desear porque al parecer la intención no era despiezarlo, sino disfrutarlo como si fuera suyo.
A los pocos días fue descubierto rodando con su flamante coche robado por partida doble y finalmente arrestado. Ya caía sobre él una carga por robo de coches, pero desde luego no aprendió en su día que cometió la misma estupidez.
Fuente – Carscoops
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