Hace pocos días que se presagiaba su triunfo, cuando tras su victoria en Nürburgring dio un golpe en la mesa de cara al campeonato. Y fue ayer mismo cuando en Lausitzring, consiguió coronarse con el título del DTM 2014. Y para ello sólo necesitó de un sexto puesto que lo cogió con la calma propia de un campeón y no lo soltó hasta que cruzó la línea de meta.
Y eso que aún faltan dos carreras, pero han sido tales las dotes de este piloto a bordo del BMW M4 DTM, que ha conseguido doblar en puntos a su principal perseguidor, Christian Vietoris. Lo mismo ocurre con su equipo, el BMW Team MRG también se ha alzado con el titulo por equipos con una amplísima ventaja, pero más justo le ha ido a BMW en la general de marcas donde sólo le han separado 20 puntos de Audi.
Y pese ello no lo han tenido nada fácil, en un campeonato como el DTM donde cualquier ventaja por mínima que sea hay que aprovecharla y cualquier error que en otras competiciones pasaría inadvertido, aquí te releva al último puesto. Por eso la cohesión de equipo y piloto ha de ser perfecta para aprovechar hasta la última gota del rendimiento que sean capaces de ofrecer.
Pero lo difícil no es hacerlo durante una carrera, es aguantar todo el campeonato con la frialdad, templanza y seguridad de querer hacerte con él. Por eso, tras las victorias en Hockenheim, Budapest, Spielberg y Nürburgring, tan sólo necesitaba de ese 6º puesto que consiguió para hacerse con el campeonato.
En cuanto a la carrera, se celebraba en el circuito de Lausitzring y quiso ser la protagonista. La lluvia se tornaría realidad y aun se vio alguna que otra salida de pista y trompo fortuito, pero fue el francés Pascal Wehrlein de