Kurt Rusell en “Frenos rotos, coches locos”
Vivimos en un mundo de estereotipos. Se nos asocia a una forma de ser por la ropa que vestimos, nuestro centro de estudios o de trabajo, los locales que frecuentamos o incluso el lugar donde vivimos. Por supuesto, en esto de poner etiquetas no faltan los coches y muchos pensarán que somos de una u otra forma en función del coche que llevemos. No negaremos que si los estereotipos existen es porque sí se cumplen, y desde luego mucha culpa la tienen las películas.
Visto lo visto, en ActualidadMotor hemos pensado que sería divertido hablar de los coches tipo de los personajes tipo de las películas y que mejor para hacer un poco de mofa que centrarnos en las películas de serie B que a las tardes emiten nuestras queridas televisiones. Sí, esas de mediados de los 90 o de los años 2000, que al verlas piensas que estás perdiendo tu preciado tiempo, pero que realmente son el mejor plan para las primeras horas de una tarde de fin de semana. Acostumbran a tener títulos como “Sueños de una madre”.
Los padres divorciados
En la mayoría de estas películas encontraremos que los matrimonios no existen. Normalmente los padres de alguna clase de adolescente rebelde están divorciados, aunque conservan una buena relación. Por supuesto la custodia acostumbra a tenerla la mujer y de vez en cuando vemos llegar al marido a casa para recoger a sus hijos de cara al fin de semana. Un hombre divorciado, de mediana edad pero que está viviendo su segunda juventud a bordo de un Porsche 911 993 o algún deportivo contemporáneo. La madre por su parte suele tenernos acostumbrada a la escena en la que llega por la noche tarde, de trabajar duro para sacar a su familia adelante en alguna clase