El de las berlinas de segmento E es un segmento donde el diésel impera. Pero desde Japón llegó a finales del año pasado un soplo de aire fresco, el Lexus GS 300h. Es el coche que tenemos esta semana en la sección de pruebas de ActualidadMotor y es la segunda motorización híbrida de este modelo, que se comercializaba desde 2011 en su variante 450h.
De este modo el Lexus GS es el único modelo del mercado que ofrece dos alternativas híbridas en la gama, no hay diésel, como manda la filosofía de la marca. Pero lo que realmente lo distingue de sus rivales es que es el único híbrido asequible, no en cuanto a precio, sino en cuanto a capacidades del motor. Ofrece 223CV, que mañana conoceremos más en profundidad, y es rival para las berlinas turbodiésel premium alemanas de entre 150 y 190CV. La mayoría de los híbridos en el segmento ofrecen niveles de potencia más elevados y consumos mayores, como es el caso del propio GS 450h, con 345CV.
Pero tras esta breve introducción, hay que aclarar que hoy no es el momento de conocer si este GS 300h es más interesante que su hermano mayor, si es un vehículo de prestaciones escasas o si es mejor que sus rivales germanos. Hoy analizamos su diseño y su interior de forma minuciosa.
Una berlina muy clásica
En el plano estético podemos decir que el Lexus GS es un coche conservador, como sus principales rivales. Esta sensación se acentúa si lo ponemos junto a su hermano pequeño, el Lexus IS 300h, con un diseño lleno líneas y que al lado de este parece muy barroco. Es conservador, pero elegante, una clásica berlina de tres volúmenes bien marcados y que no esconde sus 4,85 metros de longitud.
La parte más bonita y deportiva es el frontal,