Probablemente pienses, leyendo el título, que se trata del guión de una película. Pero la realidad es que la mafia, como en las películas la conocemos, habría llegado a los faros de automóvil, pues en Rusia se han empezado a robar faros LED y Xenón de coches premium para después pedir un rescate.
Imaginamos que nunca que se podrá sentir lo mismo por un ser querido que por un par de faros, aunque cuando la factura de la reparación o sustitución asciende a unos cuantos miles de euros la cosa cambia. Cada uno de estos elementos puede alcanzar los 2.000 euros, lo que no es precisamente barato.
Como ya venimos conociendo desde hace meses, el robo de ciertos elementos de coches premium, como los asientos deportivos o los faros LED para el cultivo de marihuana, se está convirtiendo en un problema para los usuarios, para las autoridades y también para los seguros, que suben las primas.
Con esto en la mano ha surgido una nueva oleada de robos de faros de Xenón o LED, aunque con una historia detrás más truculenta. Ya no se roba para colocar el en mercado negro ni para fechorías como el cultivo de marihuana, sino que ahora se pide un rescate por ellos.
Los cacos piden un dinero a cambio de mandar al propietario el lugar donde se encuentran sus faros. Una nota en el coche deja todo claro, tras un robo que apenas dura unos minutos. No conocemos exactamente cuánto se pide en el rescate, pero a muchos propietarios seguramente les salga más rentable pagar el rescate que unos faros nuevos. Por otro lado, si la cosa no cuaja, siempre queda el mercado negro.
Lejos ya del delito como tal, hay que incidir sobre el error de diseño de muchos de estos fabricantes, cuyos faros pueden desmontarse sin la