Sin duda alguna el Grupo Volkswagen es el que más interés está poniendo en introducir las mecánicas diésel en Estados Unidos, a pesar de que poco a poco los fabricantes locales se están ofreciendo también estas mecánicas. Todavía representan una parte muy minoritaria del total de ventas del país americano, pero su aceptación crece a pasos agigantados. Para Steve Keifer, vicepresidente global de motores de GM, es importante tener presencia en este nicho de mercado, ya que algunos estiman que las camionetas ligeras y los turismos diésel podrían representar el 10% de las ventas de cara a 2020.
Con semejante volumen de ventas es lógico que en General Motors estén pensando en una importante ofensiva de mecánicas diésel, sobre todo ahora que solo tiene el Chevrolet Cruze con motor 2.0 y algunas pick-ups gran tamaño con motor V8 diésel Duramax. En 2015 podría llegar el tercer integrante, un 2.8 de cuatro cilindros para las pick-ups medianas del grupo, como la Chevrolet Colorado y la GMC Canyon.
GMC Canyon
Keifer ha confirmado que habrá más motores diésel a lo largo de la gama de General Motors, aunque no ha dado más detalles al respecto. Parece ser que el gigante americano se enfocará a ofrecer estas mecánicas en los modelos más grandes, porque la principal ventaja de los diésel, además de unos consumos más reducidos, es que ofrecen una mayor cantidad de par motor, útil en pick-ups para mejorar la aceleración y la capacidad de carga y remolque.
General Motor no puede dormirse en los laureles, porque la competencia puede ganarle terreno. En las pick-up de tamaño medio la división RAM de Chrysler ya tiene mecánicas de gasoil, mientras que el referente del mercado, la Ford F-150 la tendrá más adelante. Muchas veces el mercado no se rige por la demanda, si no por la oferta