El éxito cosechado por el Corvette Stingray desde que llegase al mercado la actual generación, con casi 37.000 unidades vendidas en lo que va de año, triplica ya las ventas del emblemático deportivo americano. La producción del modelo 2014 está cerrada y es hora de que comiencen a salir por la puerta de la factoría de Bowling Green los modelos de 2015. Y no se trata de un coche diferente, ya que las especificaciones son prácticamente idénticas, pero el Stingray 2015 recibe en opción la novedosa transmisión automática de ocho velocidades en sustitución de la antigua de seis.
La principal razón para justificar esta renovación hay que buscarla en la llegada del próximo Corvette Z06, cuyo motor LT4 sobrealimentado y con 650 caballos es un reto inasumible para digerir por la caja automática de seis relaciones actual, y lo que es peor, no existe en el mercado ningún proveedor que surta una caja adecuada a las necesidades del Corvette. Así que GM ha desarrollado su propia transmisión de ocho marchas, y la pone a disposición de todos los clientes que adquieran un Corvette y quieran optar por tener solo dos pedales en lugar de tres (qué aburrimiento, ¿verdad?).
Viniendo de Chevrolet, las palabras “ligereza”, “ahorro de combustible”, “compacto”, parecen sacadas de un catálogo de términos en desuso de la compañía, pero lo cierto es que aseguran que es así, que la nueva transmisión 8L90 responde a esos patrones, además de ser muy robusta.
Lo que más logra sorprenderme es que la aceleración en la maniobra 0-60 mph y del cuarto de milla es más rápida (3,7 s y 11,9 s respectivamente) que la del modelo manual. Argumento que me sigue pareciendo insuficiente para elegirla, dicho sea de paso. Pero sigamos con los actos de fe: Chevrolet también afirma que los cambios de marcha