No contentos con abrir una brecha importante en la industria del automóvil, con haber definido las claves de un producto urbano y práctico que, de no haber existido, alguien tendría que haberlo inventado, smart quiso sacar los pies del tiesto, olvidarse por un momento de su filosofía y tratar de introducirse en un segmento que ya estaba inventado, el cinco puertas de ciudad. En 2004 se lanzaba el smart forfour, un utilitario de cuatro plazas que ya se situaba en 3.75 metros de largo y que ni era tan ágil en la urbe como el fortwo, ni gozaba de su motor trasero. En definitiva, aportaba poco o nada a lo que ya ofrecían toda una serie de modelos que en Europa llevaban triunfando durante décadas.
Llamémoslo experimento o fracaso histórico, pero con menos de tres años de comercialización y poco más de 100.000 unidades comercializadas, el smart forfour no fue ni mucho menos un éxito. Sobre todo si tenemos en cuenta las cifras en las que se mueven en Europa otros utilitarios similares al forfour.
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smart se amparó en la tecnología de Mitsubishi para sacar adelante su propuesta de pequeño utilitario de cinco puertas.
El smart forfour aterrizó en los concesionarios con motores de mayor cubicaje, de tres y cuatro cilindros, entre los 75 y los 109 CV. A diferencia del fortwo, que fue un desarrollo propio de Daimler, smart tuvo que recurrir a Mitsubishi para aprovechar la tecnología del Colt de la época. Meses más tarde, tras su lanzamiento, la gama de motores creció con dos diésel tricilíndricos y un motor realmente picante, con 122 CV de potencia.
Aunque el smart forfour no triunfase, ni fuera demasiado innovador frente a su competencia, hay que decir que al menos gozaba de características peculiares, prácticas o interesantes. Por