Tras ponernos a los mandos del BMW 428i Coupé, nos surgió la oportunidad de catar por primera vez un producto la mar de interesante, el BMW Serie 4 Gran Coupé. Me asaltan las dudas. Me pregunto si será algo más que un coupé en el que se ha buscado una solución socorrida para facilitar el acceso a las plazas traseras, si hasta cierto punto estaremos ante una alternativa más picante y exclusiva al Serie 3 Berlina de toda la vida, cuáles serán los pros y los contras que deberemos valorar antes de decidir su compra. De todo eso os queremos hablar.
Para esta primera toma de contacto del BMW Serie 4 Gran Coupé tenemos algo más de 160 kilómetros de ruta, mucha autopista y posibilidad de escaparnos por algunas carreteras más reviradas que confirmen si es tan ágil y directo como el Serie 4 Coupé de dos puertas. De entre todas las opciones que tengo a mi disposición, me fijo en una unidad blanca ataviada con línea Sport, en la que sobre la tapa del maletero reza la insignia 435i.
La razón de ser del BMW Serie 4 Gran Coupé
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El Gran Coupé no solo ha recibido dos puertas adicionales, también ha aumentado la longitud del techo para mejorar el espacio de las plazas traseras y culminar en un corto voladizo trasero para la tapa del maletero.
Miras detenidamente a este coche y ya te percatas de las principales diferencias y similitudes con respecto al Serie 4 Coupé. A pesar de haberse ganado dos puertas, sus cotas apenas han crecido. Sigue siendo generoso en sus dimensiones, con 4,65 metros de longitud y 1,82 de ancho, casi a la par con los registros que también ofrece el Serie 3. Su altura, no obstante, crece con respecto al Coupé