BMW ha querido que su novísimo deportivo híbrido, el BMW i8, reciba el trato adecuado para su presentación en sociedad, y ha recorrido los concesionarios BMW i de España en un periplo que les ha traido hasta Sevilla, donde San Pablo Motor, perteneciente al grupo andaluz CATSA, nos ha invitado a asistir para comprobar en primera persona el despliegue de luces, sonido y sensaciones capaces de poner en valor todo lo que la firma muniquesa simboliza, plasmado en su interés y desarrollo por la eficiencia energética.
Cubierto por una lona blanca, sumido en una estudiada penumbra con iluminación azul que oportunamente se funde entre los últimos reflejos dorados que regala el ocaso, el BMW i8 aguarda a ser presentado mientras los invitados van llegando al recinto. Una selección de clientes, potenciales compradores y comunicadores del sector se dan cita, aprovechando muchos para familiarizarse con las remozadas instalaciones de la concesión. Ese momento de tranquilidad me permite un primer contacto de cerca con la silueta del BMW i8.
Porque es precisamente eso lo que se ve, o se intuye, su silueta. Un ejercicio de sugestión cuya primera imagen genera la sensación habitual que debe generar cualquier vehículo marcadamente deportivo, y recalco, de-por-ti-vo: es bajito y muy ancho, como debe ser. Se adivina una línea de cintura muy pronunciada desde atrás, los pasos de rueda no se pueden disimular bajo la tela. Hay miradas furtivas desde otros puntos de la sala, pero pocos curiosos que se acerquen… ¿demasiado familiar a estas alturas?, ¿el cóctel de bienvenida es muy bueno?
No puedo evitar fijarme en las impresiones del público, son importantes. Como también lo son las cifras de ventas para la marca, y para la ocasión, sendos BMW i3 están dispuestos como antesala, para aquellos clientes que centren su mirada en la eficiencia del día a